lunes, 7 de septiembre de 2020

Capitulo 7




Hilda mira a Carlos muy asustada. Mientras el celular sigue sonando. José está ansioso por saber todo. Carlos mira con ternura a su chica:
--Juliana, mi amor, ¿Qué es lo que te pasa?
Hilda tiene que hacer un gran esfuerzo para controlar su llanto.
--lo va a estropear todo, ese tipo va a ser que Carlos descubra la verdad --dice para sí.
Sorprendido por la actitud de la chica, Carlos busca el celular de la chica que deja de sonar pero vuelve a sonar con impacienta.
--parece importante -dice pasando el aparato a la chica que está pálida.
Procurando mantener la calma, Hilda dice:
--seguro que es mi hermano.
Aunque nadie más podía ser, la joven tenía la esperanza que fuera número equivocado pero no. No es una sorpresa, es Jose.
---sí, ¿ves? es mi hermano. Anoche no lo llamé y debe estar preocupado.
Carlos sonríe enamorado:
--pobre, por mi culpa debe haber sufrido mucho. Pásamelo que yo le explico.
Hilda toma la llamada:
--hola --dice procurando ser amable.
Jose ya se estaba impacientando:
--¡¡ya era hora¡¡
--es que me acabo de despertar…
--¿estás con él?
--sí.
A Jose lo atormentan los celos. Le excita pensar que su amado en realidad lo ama a él pero le angustia la soledad y que sea otra quien se lleve lo que él desea.
--¿¿y donde estás?¿porqué no estás en la pensión?
--tu sabes, no creo que cueste imaginar.
--¿¿él te llevó a su casa?¿pasaste la noche con él?
--ajá.
Carlos escucha sonriente:
--mándale saludos de mi parte, pásamelo…
Hilda sigue hablando con Jose:
--bueno gracias por llamar, no gastes mucho en la llamada.
José no le permite que corte la llamada:
--¡¡no me vayas a cortar, nos tenemos que ver. Me lo tienes que contar todo¡¡¡
--sí voy a estar muy ocupada, ya sabes… tengo muchas cosas que ver…
Carlos sigue insistiendo:
--Mándale saludos
José sigue hablando:
--encuentra un hueco…
--todo está bien, yo te llamo…
--No me traiciones. Te pagué por adelantado y una fortuna… ¡¡tienes que hacer lo que yo te diga¡¡
Hilda está viviendo sus momentos más felices y no le gusta que le recuerden que ha cobrado por eso. Cuelga. Jose se muere de rabia.
--¡¡¡¿pero que se ha creído esa cualquiera?¡¡
Siente una gran angustia, tiene miedo de perder el control de las cosas. Carlos se sorprende por la brusquedad con la que la chica ha cortado.
--¿y porque no me pasaste con él? Me gustaría conocer a tu familia. Lo quiere saber todo de ti…
Más tranquila, Hilda se levanta y lo abraza:
--te amo tanto. No tienes nada más que saber de mi.
--Yo también te amo y quiero que tu familia me conozca… ¿o es que ellos no saben?
--Mi amor, ¿quieres que mis padres sepan que me acosté con un hombre al que de hecho no conozco?
Carlos la acaricia con ternura:
--eso no es cierto. Tú y yo nos amamos de hace mucho…
--¿y crees que mi padre lo comprenderán?
Carlos la abraza:
--tienes razón.y no importa si el mundo no nos comprende…estamos juntos y eso es lo que queremos…
--te amo…
--yo más…
--nunca había sido tan feliz, Carlos.
--Ni yo…
Los dos se sonríen y se besan.
--pero no quiero ser un secreto, algún día tu familia tendrá que saber que has encontrado al hombre de tu vida…
Hilda sonríe, está viviendo un sueño y no desea que se acabe.
--vístete que tenemos una mañana ocupada…
--¿te vas?
--no, no me pienso separar de ti, sólo en la tarde tengo que ir a la piscina pero tú me puedes mirar desde las gradas… si no te atreves a nadar…
---no se nadar…
--yo te enseño…
--otra día…
--pero esta tarde me animas…
--no tengo que ponerme…
--pasamos por la pensión en la que te quedaste para recoger tus cosas… no es cuestión que te cobren más…
Los dos se sonríen y no cansan de besarse.


Comienza una jornada de clase para las estudiantes, todas esperan como locas que llegue profesor Alberto.  El sitio de Mariana está libre. Ana tiene un mal presentimiento:
--que no sea lo que creo… yo no le voy a prometer que me quite a ese bombón…
Juanfra se acerca a ella muy galantemente, se sienta sobre el pupitre:
--¿estás solita? ¿te puedo acompañar?
--¡¡no, déjame¡¡
--no seas así… yo sé lo que os gusta a las mujeres…
Ana lo mira con desprecio:
--¡¡tú eres un cerdo… vete¡¡
Los amigos de Juanfra se le ríen y el chico no lo soporta:
--¿¿¡es que tu también te has colado por el imbécil ese?¿¿¡no te da pena ir detrás de un viejo?¡¡ --dice con furia.
--¡¡Alberto no es un viejo… además.….  tú también eres mayor que nosotros… eres otro viejo que Díos sabe las veces que has repetido…
Juanfra vuelve con la cola entre las piernas frustrado por su fracaso y tiene que aguantar que sus compañeros se burlen de él.
--tanto esa zorra como su amiga van a ser mías antes que de nadie –sentencia.
--pues tienes que ser rápido –se le ríen.
Ana mira la puerta ansiosa de ver a su profesor. No imagina que Mariana está en el despacho con él entreteniéndolo. Lo coquetea mientras le pide que le explique unos ejercicios.
--ya es tarde… tenemos clase…
--es que aún no entendí… yo le puedo pagar si me da clases…
--te agradezco la confianza pero no…
--es que seguro que repruebo su asignatura…
La joven es tan persistente que el guapo profesor le dice:
--si quiere te hago un hueco cuando acabes tus clases hoy en la tarde…
--si claro…
Mariana feliz le da un beso que cae cerca del labio y a ella lo estremece. Alberto se queda aturdido. Está muy feliz con su trabajo y le da miedo que alguna de sus impulsivas alumnas lo pongan en evidencia… Mariana vuelve feliz al aula, no quiere que Ana sepa que estuvo con Alberto. Su mirada la delata pero Mariana tiene sus labios sellados.






En la tarde, Carlos y Jose nadan en la misma piscina pero separados. Carlos dedica miradas de amor a Hilda. Aunque por un lado Jose está contento porque su plan está saliendo bien no puede evitar que los celos lo atormenten. Carlos se va a las duchas, Jose lo sigue. Hilda se da cuenta de los trucos de Jose y sonríe con compasión. Jose y Carlos están desnudos el uno al lado del otro. Jose tiembla.
--se acostó con Hilda -–piensa-—creyendo que soy yo… me ama a mi… a la mujer que yo creé…
A Jose cada vez le cuesta más estar desnudo al lado de ese chico tan guapo y hacer como si nada. Lo siente ya muy suyo. Carlos está feliz. Mira a ese chico con ternura y le dice:
--hola ¿que tal?¿como va todo?
Jose lo mira alucinado. No se puede creer que el hombre de sus sueños le esté hablando.
--veo que te gusta mucho la piscina, nos vemos todos los días desde hace muchos años  pero no nos conocemos…
Jose no dice nada. Carlos le extiende la mano:
--soy carlos…
--Jose –dice el otro temblando.
Encajan sus manos. Jose se muere de placer al sentir el cuerpo del Carlos desnudo. Estar unidos a través de sus manos es para Jose como si hicieran el amor.


















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