Con mucho cuidado, Carlos ayuda a Manuela a entrar en la casa con la pequeña en brazos. El matrimonio es muy amoroso. Sólo Vento y Jose los recibe con cariño. Carlos nota a su cuñado nervioso:
--¿te pasa algo?
Jose trata de ocultar lo que está sintiendo. Quiere mucho a ese hombre y desea su felicidad y no sabe lo que sentirá al ver a Hilda viviendo con ellos pero no sabe qué otra cosa hacer.
--¿te pasa algo? --Carlos repite la pregunta.
--no, todo bien.
--¿y porqué no volviste por el hospital?
--bueno, lo dices cómo si hubieran pasado años, sólo han pasado 3 días. No os queria molestar.
Jose acaricia con cariño a su sobrina, piensa emocionado en que hay un varón hijo de Carlos y que va a ser su hijo.
Mientras, Alberto, que tiene al bebé en brazos, discute con Hilda.
--¡¡esto es una locura¡¡hiciste el amor conmigo¡¡¡no te puedes casar con otro¡¡
--José es gay, no me va a tocar.
--¿¿y que es todo esto? Creo que tengo derecho a saber lo que pasa.
--Jose me separó del hombre al que yo amo para que se casara con su hermana, para tenerlo cerca porque le gusta.
--¿y el tipo sabe?
--No y yo quiero estar cerca de él. Ahora me odia pero con la convivencia me va a amar.
A Alberto lo atormenta los celos:
--no me digas eso después de haber sido mia ¿¿es que a caso no significó eso nada para ti?
Hilda lo acaricia:
--fue un momento de ternura, de debilidad, un momento de paz que me quise dar antes de vengarme.
--pero Albertito no va en esa venganza.
--¡¡claro que si, Jose lo reconocerá como hijo suyo¡¡
--¿¿porqué a él si le dejas que reconozca a mi hijo y a mi no¡¡?
--¡¡Jose es el que me quiso matar¡¡
--¡¡estás loca, no te puedes casar con ese tipo. Estás en peligro ¡¡no dejaré que expongas al bebé¡¡
--aquí tienes una prueba --dice pasándole la grabadora-- si me pasa algo la entregas en la policia.
--¡¡no, yo la entrego ahora, tú no quieres a tu hijo¿¿cómo lo vas a cuidar?
--Carlos puede ser el padre de ese hijo.
--¿¿y porque no hablas con la verdad?
--Porque yo quiero que Carlos me ame sin mentiras, sin engaños.
--¿y yo?
Hilda lo besa en la mejilla:
--siempre te recordaré como algo bonito.
--disculpame pero Albertito lo siento como mi hijo y yo no voy a dejar que lo expongas ¡¡ni tu tampoco¡¡
Hilda le pone las manos en las mejillas:
--sé que me amas, que haz hecho todo por mi felicidad, yo no te puedo amar como quieres sin hacer pagar el daño que me hicieron.
Alberto le toma las manos y se las besa:
--sí podemos, fuimos felices cuando hicimos el amor, si haces el intento...
--pero es que...
Alberto no la deja seguir:
--tienes razón, tienes un pasado que resolver pero yo voy a estar a tu lado. Esperándote, esperando que decidas si lo amas a él o me amas a mi. Yo voy contigo a esa casa...
--¡¡¿de que hablas?
--convence a tu marido, yo voy a cuidar a tu hijo, a protegerte. Así no te tendrás que ocupar tú de un bebé que no quieres.
--¿y que voy a decir? No creo que la familia recibe muy bien que viva en esa casa con mi amante.
--No sé di que soy tu hermano, tu primo algo así pero que vengo contigo, vengo contigo.
--está bien... veremos como lo arreglo.
Los dos se funden en un tierno abrazo.
En la noche, Carlos y Manuela están frente a la cuna de la pequeña.
--al fin se durmió --dice Carlos picaro.
Manuela lo mira nerviosa. Él la empieza a desnudar. Ella tiembla.
--si no quieres... --dice al notar que está nerviosa.
Ella se abraza a él:
--no, no me hagas esto. Yo te amo... deseo estar contigo... no esta noche... todas las noches de mi vida... Contigo he descubierto que el amor es algo maravilloso.
Carlos la va desnudando, la va acariciando:
--no quiero que tengas nunca vergüenza conmigo... quiero saber lo que te gusta que te haga y lo que no.
--es que me da algo de pena...
Él la besa detrás de la oreja y va bajando al cuello mientras le va descubriendo los senos:
--yo soy tu marido y los dos debemos luchar para ser un matrimonio normal y eso se logra con la confianza.
--te quiero... te quiero y te amo todo... me gusta todo lo que me haces...
--sí...? ¿te gusta esto? --dice él mientras va besando los senos de la mujer y la va desnudando de abajo.
--si, sí... --jadea ella.
él es muy seductor:
--¿y te gusta esto? --dice él mientras la va tirando en la cama y acoplando su cuerpo al de ella.
--me encanta... me encanta que me hagas el amor... --dice ella clavando sus uñas en la espalda de él para sentir muy suyo.
Después de hacer el amor, Carlos y Manuela reposan el uno en brazos del otro.
--hacer el amor es la cosa más maravillosa del mundo... --dice ella.
Él sonríe.
--así me gusta... que seas tan apasionada...
Ella se ruboriza y apoya su cabeza en el pecho de él:
--¿no te vas verdad?
--No... --dice acariciándola-- voy adormir a tu lado.
--soñé tantas noches con amanecer a tu lado... con volver a hacer el amor contigo y que no te fueras... sí, te odié al principio... pero no más de lo que te amo ahora... mi sueño era ser tu mujer... tu mujer siempre... --dice ella besando el beso de aquel chico guapo.
--y yo nunca imaginé que durmiendo más allá alguien me quisiera tanto... --dice él acariciando el pelo a su esposa.
--siempre quise tener contigo un matrimonio feliz como el de mis padres, el de mariana.
--No... como el de ellos no... --dice él sobresaltado.
--¿porque ellos duermen juntos? --dice ella mirándolo.
--tu crees que son felices?
--bueno...
--Yo estoy seguro que ninguno de ellos ama a su esposa como te amo yo a ti.
Manuela está feliz, su esposo la hace sentir amada, única y eso lo gusta. Le parece un sueño.
Días después, todos se han reunido para el desayuno. De los tres matrimonios sólo el de Carlos y Manuela se muestran felices. Manuela lleva a la bebé en brazos. Carlos es muy cariñosa con ella y hasta le aparta la silla. Mariana se muere de rabia del amor de Carlos y Manuela.
--¿y mi hijo? --pregunta Leonor.
--se fue bien temprano --contesta la sirvienta.
Ya están acabando cuando llega Jose:
--familia... tengo una sorpresa... os presento a mi esposa.
Leonor tiene el rostro desencajado por la rabia, la sorpresa es general. Hilda entra triunfante. Tiembla al tener a Carlos delante. Carlos mira a esa mujer impactado. No entiende nada.
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