Carlos está tan furioso que no se da cuenta que no se da cuenta que Jose ya lo esperaba y que le abre la puerta sin que él llame.
--¿¿tú aquí que sorpresa??
Carlos se invita a pasar:
--¡¡¡me tienes que aclarar algo¡¡¿¿tú sabías que Hilda era prostituta?
--si, claro, tú ¿no? Ven, pasa.
Carlos está muy sofocado. Jose le sirven del vino que ya tiene preparado.
--bebe, te sentará bien. Estás muy nervioso.
Carlos rechaza el vino.
--¡¡hoy lo supe¡¡
Como si él no estuviera detrás de todo esto, dice:
--¿¿y como te enteraste?
Carlos está muy sofocado, desesperado:
--¡¡eso no importa¡¡¡¿¿porqué Hilda está segura que fuiste tú quien me lo dijiste??
--porque ella sabe que yo sé y te lo debí decir pero nunca me atreví. No te quise hacer daño.
--¿¿porqué lo sabías tú?¡¡
--Mi padre me llevó a ese sitio, quería que me estrenara, Hilda iba a ser la primera mujer en mi vida. Me sentí tan humillado con las cosas que me hacía. Esto nadie debe saberlo.
--¿¿¿¡te acostaste con Hilda??¡
--Ella cobró por acostarse conmigo pero yo no pude. Me daba asco. Una mujer que vende su cuerpo es de lo peor y es que hasta me podía pegar algo
Carlos se hunde en el sofá:
--ahora sí necesito una copa.
--si claro toma.
Carlos se la bebe de golpe y Jose le sirve más y se sienta a su lado:
--yo lo siento, es que no te lo podía decir. No me quería meter. No sabía si sabías. Pensé que a lo mejor a ti no te importaba… es su pasado.
--Eso es lo que más me duele,que no es su pasado¡¡es su presente¡¡¡ella me engañó, me engañó¡¡
Jose lo tiene tan cerca, tan indefenso. Le gustaría tanto decirle que lo ama, besarlo pero sabe que su madre estará siguiendo todos sus movimientos y se tiene que controlar. Carlos de repente se marea.
--¿¿Qué pasó? --Jose como si no supiera.
--No, sé. Creo que el vino me sentó mal.
Jose lo abraza para ayudarlo a levantarse:
--ven, la cocina está aquí al lado, refréscate un poco.
Medio tambaleándose llegan a la cocina. Manuela se quedó dormida sentada con la cabeza en la mesa. Carlos parece más despierto después de mojarse. Jose lo mira con miedo:
--no parece que se vaya a quedar dormido –piensa—pero esperemos que mamá sepa lo que hace.
--¿¿Qué lo pasó a tu hermana?
--así es ella. Cuando le da el sueño le da y lo tiene muy profundo. Sino me ayudas la pobre se quedará a pasar la noche aquí y luego le dolerá toda la espalda.
--si ,tranquilo.
Carlos toma en brazos a Manuela. El corredor se le hace muy largo, no parece que vaya a llegar nunca y los ojos se le están cerrando. Carlos logra poner el cuerpo de Manuela a la cama y él cae sobre ella. Los dos dormidos. Leonor y Carmelo entran en ese momento.
--que bien ha salido todo, no hacía falta mi presencia. --dice Carmelo.
--es verdad pero ya que estás aquí entre los dos ponerlo de frente desnudarlo.
Lo ponen de frente. Con cierta ironía, Carmelo lo dice a Jose:
--tú le sacas los pantalones y demás, que es lo más fácil.
Jose tiembla pero lo hace rápido para que no se le note. Lo tiene delante en calzoncillos, le pone nervioso la sonrisa de Carmelo y aunque no quiere que se le note nada Jose está muy excitado y mira ese bulto sofocado.
--¿¿¡¡a que esperas…. Quítaselo¡¡¡ --ordena Leonor.
--a lo mejor es que le da asco--- dice Carmelo burlón.
Temblando y GONZANDO, Jose desnuda a Carlos. Le pone muy nervioso ver todo lo que deseó siempre ver de tan cerca y sin que Carlos le pueda decir nada. Nunca pensó que sería él quien podría desnudar a su chico guapo. Desea tocar algo como si fuera un accidente pero no se atreve.
--¡¡ahora iros que yo me encargo del resto¡¡ --Leonor.
Jose no ha escuchado las palabras de su madre y es que está hechizado viendo el cuerpo desnudo del guapísimo nadador. Carmelo lo pone la mano en los hombros. Le molesta que lo toque y eso lo trae de vuelta a la realidad, se aparta de él:
--ven, que tu madre tiene que desnudar a Manuela y eso no es cosa de hombres, y aunque tú seas su hermano también eres un hombre.
A Jose no le gusta para nada el tono que usa Carmelo al definirlo como hombre.
--ven, vamos… acompáñame.
Jose se queda parado ya que no se quiere ir
--¡¡¡¿¿es que no has oído a Carmelo¡¡¡fuera que no tenemos toda la noche¡¡¡ --Leonor.
--¿¿tú aquí que sorpresa??
Carlos se invita a pasar:
--¡¡¡me tienes que aclarar algo¡¡¿¿tú sabías que Hilda era prostituta?
--si, claro, tú ¿no? Ven, pasa.
Carlos está muy sofocado. Jose le sirven del vino que ya tiene preparado.
--bebe, te sentará bien. Estás muy nervioso.
Carlos rechaza el vino.
--¡¡hoy lo supe¡¡
Como si él no estuviera detrás de todo esto, dice:
--¿¿y como te enteraste?
Carlos está muy sofocado, desesperado:
--¡¡eso no importa¡¡¡¿¿porqué Hilda está segura que fuiste tú quien me lo dijiste??
--porque ella sabe que yo sé y te lo debí decir pero nunca me atreví. No te quise hacer daño.
--¿¿porqué lo sabías tú?¡¡
--Mi padre me llevó a ese sitio, quería que me estrenara, Hilda iba a ser la primera mujer en mi vida. Me sentí tan humillado con las cosas que me hacía. Esto nadie debe saberlo.
--¿¿¿¡te acostaste con Hilda??¡
--Ella cobró por acostarse conmigo pero yo no pude. Me daba asco. Una mujer que vende su cuerpo es de lo peor y es que hasta me podía pegar algo
Carlos se hunde en el sofá:
--ahora sí necesito una copa.
--si claro toma.
Carlos se la bebe de golpe y Jose le sirve más y se sienta a su lado:
--yo lo siento, es que no te lo podía decir. No me quería meter. No sabía si sabías. Pensé que a lo mejor a ti no te importaba… es su pasado.
--Eso es lo que más me duele,que no es su pasado¡¡es su presente¡¡¡ella me engañó, me engañó¡¡
Jose lo tiene tan cerca, tan indefenso. Le gustaría tanto decirle que lo ama, besarlo pero sabe que su madre estará siguiendo todos sus movimientos y se tiene que controlar. Carlos de repente se marea.
--¿¿Qué pasó? --Jose como si no supiera.
--No, sé. Creo que el vino me sentó mal.
Jose lo abraza para ayudarlo a levantarse:
--ven, la cocina está aquí al lado, refréscate un poco.
Medio tambaleándose llegan a la cocina. Manuela se quedó dormida sentada con la cabeza en la mesa. Carlos parece más despierto después de mojarse. Jose lo mira con miedo:
--no parece que se vaya a quedar dormido –piensa—pero esperemos que mamá sepa lo que hace.
--¿¿Qué lo pasó a tu hermana?
--así es ella. Cuando le da el sueño le da y lo tiene muy profundo. Sino me ayudas la pobre se quedará a pasar la noche aquí y luego le dolerá toda la espalda.
--si ,tranquilo.
Carlos toma en brazos a Manuela. El corredor se le hace muy largo, no parece que vaya a llegar nunca y los ojos se le están cerrando. Carlos logra poner el cuerpo de Manuela a la cama y él cae sobre ella. Los dos dormidos. Leonor y Carmelo entran en ese momento.
--que bien ha salido todo, no hacía falta mi presencia. --dice Carmelo.
--es verdad pero ya que estás aquí entre los dos ponerlo de frente desnudarlo.
Lo ponen de frente. Con cierta ironía, Carmelo lo dice a Jose:
--tú le sacas los pantalones y demás, que es lo más fácil.
Jose tiembla pero lo hace rápido para que no se le note. Lo tiene delante en calzoncillos, le pone nervioso la sonrisa de Carmelo y aunque no quiere que se le note nada Jose está muy excitado y mira ese bulto sofocado.
--¿¿¡¡a que esperas…. Quítaselo¡¡¡ --ordena Leonor.
--a lo mejor es que le da asco--- dice Carmelo burlón.
Temblando y GONZANDO, Jose desnuda a Carlos. Le pone muy nervioso ver todo lo que deseó siempre ver de tan cerca y sin que Carlos le pueda decir nada. Nunca pensó que sería él quien podría desnudar a su chico guapo. Desea tocar algo como si fuera un accidente pero no se atreve.
--¡¡ahora iros que yo me encargo del resto¡¡ --Leonor.
Jose no ha escuchado las palabras de su madre y es que está hechizado viendo el cuerpo desnudo del guapísimo nadador. Carmelo lo pone la mano en los hombros. Le molesta que lo toque y eso lo trae de vuelta a la realidad, se aparta de él:
--ven, que tu madre tiene que desnudar a Manuela y eso no es cosa de hombres, y aunque tú seas su hermano también eres un hombre.
A Jose no le gusta para nada el tono que usa Carmelo al definirlo como hombre.
--ven, vamos… acompáñame.
Jose se queda parado ya que no se quiere ir
--¡¡¡¿¿es que no has oído a Carmelo¡¡¡fuera que no tenemos toda la noche¡¡¡ --Leonor.
Por otro lado, Hilda ha sido violada por ese cliente que se la llevó a la fuerza. Hilda está llena de sus ropas deshecha y vergüenza y dolor. El hombre le tira un buen montón de dinero en la cara y le dice:
--ha sido mejor de lo que esperaba, otro día vuelvo.
Cuando sale, la madame se le enfrenta:
--¡¡esto no estaba en los planes¡¡
--tú me dijiste que la entretuviera y eso hice¡¡
Hilda sale del cuarto cubriéndose como puede, está en shock.
--¿¿necesitas ayuda?? –le dice la madame.
Hilda no dice nada y se va entre murmullos, palabras obscenas de los clientes y miradas de pena de algunas de sus compañeras. Hilda se va del local, se siente morir. No quiere ver a nadie y va por las calles más discretas. Y de repente cuatro enmascarados se le vienen al paso, todos con navajas y uno se la pone en la cara:
--¡¡es una pena tener que destrozar una cara tan linda¡¡ --dice acariciando el rostro de ella.
Hilda trata de gritar pero la mano de uno le sirve de mordaza, entre los cuatro la llevan a un escampado. Está prisionera de esos hombres. Uno la toca lascivamente, se baja la cremallera ante la mirada de horror de Hilda.
--¿¡¡que haces??¡¡no nos han pagado para esto¡¡¡
--¡¡la chica está un rato buena… antes de destrozarle la cara nos la podemos tirar¡¡
Todos están de acuerdo y ríen divertidos…
--¡¡que bien te lo vas a pasar, puta. Va a ser tú ultima noche con hombres porque después nadie querrá estar con un monstruo pero que buen recuerdo te vas a llevar¡
El primero se clava en ella, Hilda lo siente como toda una puñalada, como matarla por tercera vez en una misma noche.
--ha sido mejor de lo que esperaba, otro día vuelvo.
Cuando sale, la madame se le enfrenta:
--¡¡esto no estaba en los planes¡¡
--tú me dijiste que la entretuviera y eso hice¡¡
Hilda sale del cuarto cubriéndose como puede, está en shock.
--¿¿necesitas ayuda?? –le dice la madame.
Hilda no dice nada y se va entre murmullos, palabras obscenas de los clientes y miradas de pena de algunas de sus compañeras. Hilda se va del local, se siente morir. No quiere ver a nadie y va por las calles más discretas. Y de repente cuatro enmascarados se le vienen al paso, todos con navajas y uno se la pone en la cara:
--¡¡es una pena tener que destrozar una cara tan linda¡¡ --dice acariciando el rostro de ella.
Hilda trata de gritar pero la mano de uno le sirve de mordaza, entre los cuatro la llevan a un escampado. Está prisionera de esos hombres. Uno la toca lascivamente, se baja la cremallera ante la mirada de horror de Hilda.
--¿¡¡que haces??¡¡no nos han pagado para esto¡¡¡
--¡¡la chica está un rato buena… antes de destrozarle la cara nos la podemos tirar¡¡
Todos están de acuerdo y ríen divertidos…
--¡¡que bien te lo vas a pasar, puta. Va a ser tú ultima noche con hombres porque después nadie querrá estar con un monstruo pero que buen recuerdo te vas a llevar¡
El primero se clava en ella, Hilda lo siente como toda una puñalada, como matarla por tercera vez en una misma noche.
Por su lado, Jose y Carmelo están solas. Jose está muy nervioso, pendiente del reloj.
--¿¡cual es la prisa?¡¡todos duermen¡¡además tu madre sabe lo que hace¡¡
--¿¿Qué?¿¿cómo? –dice Jose que no lo escucha.
--¡¡¿¿estás pendiente de algo más??
--¡¡no, claro que no¡¡¡ --dice Jose nervioso.
Carmelo se le ríe y dice:
--Ya sé, lo que pasa es que tú estás pendiente de que tu madre se vaya, tú te quieres quedar a solas con ese tipo… ¡¡eres un buen pervertido, cuñado¡¡ --dice divertido.
--¡¡yo no sé de que me hablas¡¡
--¡¡yo sé que tú eres maricón, conmigo no tienes que disimular¡¡
Jose lo hace callar asustado.
--tranquilo, tú sabes bien que yo sin problemas siempre te complazco en tus vicios. Ten paciencia, ya tu madre sale después. Cuando tu madre esté dormida podrás entrar en esa habitación y hacerlo lo que quieras al tipo.
Carmelo lo mira seductor, pega su cuerpo al de él:
--le podrás hacer todo lo que me hiciste a mi aquel día.
--¡¡cállate, no me lo recuerdes¡¡¡ --dice molesto.
Carmelo no deja de provocarlo y divertido dice:
--Sé que estás deseando meterte en ese cuarto y no te lo condeno. Lo podrás tocar, le puedes hacer lo que quieras. Aprovecha ¿tú te quieres acostar con él ¿verdad? por eso todo esto. Eres un hermano perverso pero muy cachondo. Yo te dejo a solas con él y le haces lo que quieres. Sólo que me tendrás que subir mi asignación por callar tus secretos.Yo entretengo a tu madre.
Jose no dice nada, lo escucha excitado.
Leonor sale al rato:
--ya todo esta listo. Los dos están desnuditos y abrazados.
Jose se asusta al ver que su madre tiene un vibrador en la mano ensangrentado.
--¿¿Para que es eso¿¡¿¿Qué le has hecho a Manuela??¡
--¡¡¿¡y cómo crees que los vamos a casar?¡¡¡ Manuela ha perdido la virginidad esta noche y con esto he logrado la prueba --Leonor.
--¡¡era necesario¡¡ ¿le habrá dolido? --Jose
--¡¡sí lo era y tú no te hagas el ofendido que más daño le haces tú a tu hermana haciendo que se case con alguien que no conoce. Tu hermana que siempre quiso estar alejada de los hombres… al ver si a tu padre no le da un infarto al saber esto --mira a Carmelo y señalando a Jose-- Dale un puñetazo.
--¿¿Cómo?? –Jose
--así Carlos te obligó a quedarse a solas con Manuela --Leonor.
--Pero…
Carmelo no lo deja pensar y lo tumba de un buen puñetazo. Jose está tirado en el piso:
--bueno vete ya a acostar. Yo tengo que hablar unos asuntos con Carmelo.
El hombre le guiña el ojo a Jose que se encierra en su cuarto. Carmelo abraza a Leonor.
--¿¿Qué haces?? –dice ella excitada.
--tú hijo ya sabe que eres una perdida y los demás duermen. Es la noche perfecta ¿¿vamos??
Leonor no se lo hace repetir. Los dos hacen furiosamente el amor, Jose oye los jadeos y le sorprende y aumenta su rabia contra su madre:
-¡¡descarados¡¡
Pero su corazón palpita fuertemente pensando que en la habitación de al lado, Carlos duerme desnudo. Se levanta de prisa y entra. Lo ve todo desnudo y a su alcance. Se le acerca con ganas de tantas cosas:
--Es mío, mío. Le podría hacer lo que quisiera que no se iba a enterar
son muchas las tentaciones.
--¿¡cual es la prisa?¡¡todos duermen¡¡además tu madre sabe lo que hace¡¡
--¿¿Qué?¿¿cómo? –dice Jose que no lo escucha.
--¡¡¿¿estás pendiente de algo más??
--¡¡no, claro que no¡¡¡ --dice Jose nervioso.
Carmelo se le ríe y dice:
--Ya sé, lo que pasa es que tú estás pendiente de que tu madre se vaya, tú te quieres quedar a solas con ese tipo… ¡¡eres un buen pervertido, cuñado¡¡ --dice divertido.
--¡¡yo no sé de que me hablas¡¡
--¡¡yo sé que tú eres maricón, conmigo no tienes que disimular¡¡
Jose lo hace callar asustado.
--tranquilo, tú sabes bien que yo sin problemas siempre te complazco en tus vicios. Ten paciencia, ya tu madre sale después. Cuando tu madre esté dormida podrás entrar en esa habitación y hacerlo lo que quieras al tipo.
Carmelo lo mira seductor, pega su cuerpo al de él:
--le podrás hacer todo lo que me hiciste a mi aquel día.
--¡¡cállate, no me lo recuerdes¡¡¡ --dice molesto.
Carmelo no deja de provocarlo y divertido dice:
--Sé que estás deseando meterte en ese cuarto y no te lo condeno. Lo podrás tocar, le puedes hacer lo que quieras. Aprovecha ¿tú te quieres acostar con él ¿verdad? por eso todo esto. Eres un hermano perverso pero muy cachondo. Yo te dejo a solas con él y le haces lo que quieres. Sólo que me tendrás que subir mi asignación por callar tus secretos.Yo entretengo a tu madre.
Jose no dice nada, lo escucha excitado.
Leonor sale al rato:
--ya todo esta listo. Los dos están desnuditos y abrazados.
Jose se asusta al ver que su madre tiene un vibrador en la mano ensangrentado.
--¿¿Para que es eso¿¡¿¿Qué le has hecho a Manuela??¡
--¡¡¿¡y cómo crees que los vamos a casar?¡¡¡ Manuela ha perdido la virginidad esta noche y con esto he logrado la prueba --Leonor.
--¡¡era necesario¡¡ ¿le habrá dolido? --Jose
--¡¡sí lo era y tú no te hagas el ofendido que más daño le haces tú a tu hermana haciendo que se case con alguien que no conoce. Tu hermana que siempre quiso estar alejada de los hombres… al ver si a tu padre no le da un infarto al saber esto --mira a Carmelo y señalando a Jose-- Dale un puñetazo.
--¿¿Cómo?? –Jose
--así Carlos te obligó a quedarse a solas con Manuela --Leonor.
--Pero…
Carmelo no lo deja pensar y lo tumba de un buen puñetazo. Jose está tirado en el piso:
--bueno vete ya a acostar. Yo tengo que hablar unos asuntos con Carmelo.
El hombre le guiña el ojo a Jose que se encierra en su cuarto. Carmelo abraza a Leonor.
--¿¿Qué haces?? –dice ella excitada.
--tú hijo ya sabe que eres una perdida y los demás duermen. Es la noche perfecta ¿¿vamos??
Leonor no se lo hace repetir. Los dos hacen furiosamente el amor, Jose oye los jadeos y le sorprende y aumenta su rabia contra su madre:
-¡¡descarados¡¡
Pero su corazón palpita fuertemente pensando que en la habitación de al lado, Carlos duerme desnudo. Se levanta de prisa y entra. Lo ve todo desnudo y a su alcance. Se le acerca con ganas de tantas cosas:
--Es mío, mío. Le podría hacer lo que quisiera que no se iba a enterar
son muchas las tentaciones.
Entre golpes y palabras obscenas, esos cuatro hombres ya han violado a Hilda, la mujer no tiene fuerzas para ni gritar. Se siente muerta.
--es una pena tener que hacerte esto con la bien que la pasamos pero nos han contratado para eso, piensa en los mágicos momentos que te hemos hecho pasar y si no te mueres pues seguro que no nos olvidaras.
Hilda está tirada en el suelo, entre dos la aguanta y entre los otros dos le clavan la navaja en toda la cara mientras se la destrozan…
--es una pena tener que hacerte esto con la bien que la pasamos pero nos han contratado para eso, piensa en los mágicos momentos que te hemos hecho pasar y si no te mueres pues seguro que no nos olvidaras.
Hilda está tirada en el suelo, entre dos la aguanta y entre los otros dos le clavan la navaja en toda la cara mientras se la destrozan…
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