martes, 8 de septiembre de 2020

Capitulo 20

Carlos se va furioso, entra en su cuarto. Llora de rabia. Manuela se queda esperando. Los dos sufren, se dan cuenta que se están queriendo y sufren porque creen que el otro lo desprecia.




Meses después... Manuela está apunto de dar a luz. Están haciendole una ecografia a la joven. Carlos está a su lado como siempre. Tan cerca pero tan separados. Los dos se miran con mucho amor y con mucho dolor. Ninguno de los dos se ha atrevido a decirle al otro lo que está sintiendo y el uno finge indiferencia con el otro y eso angustia a los dos que no imaginan que los dos se aman. El matrimonio mira con ojos llorosos la pantalla en la que ve como se mueve su bebé que ya está formado.
--nacerá en cualquier momento --dice el doctor.
--¿y aún no se sabe que es? --Manuela.
--pues no, no lo vemos con claridad.
--lo importante es que nazca y sea feliz --Carlos.
Carlos y Manuela se miran muy enamorados. Él la quiere acariciar pero se frustra por miedo a molestarla y a ella le duele que él se mantenga tan distante.








Hilda, acompañada de Alberto, llegan al departamento de él. La empleada que se ha quedado mientras se va Hilda está bien, no tiene ninguna marca de lo que le pasó. Él la mira muy enamorado. Hilda se mira al espejo:
--nunca creí que al fin sería la de antes, que ya no me daria horror mirarme al espejo.
Alberto la abrazo:
--para mi siempre serás hermosa, no me canso de decir lo mucho que te amo, sin importar tu apariencia.
Ella lo mira y lo acaricia y él goza de esa caricia.
--para mi ha sido muy importante que me amaras siendo un monstruo.pero yo no te puedo corresponder... tengo alguien a quien lastimar.
--yo te ayudé a ser la que eres ahora aunque no estaba de acuerdo ya que era muy arriesgado en tu estado, pero lo hizo para que fueras feliz... ¡¡no para que llenes de rencor¡¡
Con ganas de venganza, Hilda dice:
--¡¡quisieron desgraciarme la vida... ultrajarme y yo estoy segura de quien fue y me las van a pagar¡¡
--No me hagas sentir que fue un error pagarte todas esas operaciones.
--estoy en deuda contigo.
Ella lo besa muy cerca del labio y él tiembla de deseo. De repente se oye llorar un bebé. Hilda no se mueve, no soporta el llanto de esa criatura.
--¡¡ve tú... tu insiste en tenerlo¡¡¡ --dice Hilda con amargura.
Alberto regresa con el bebé en brazos, ya se ha callado.
--¿¿porque lo has traido?¡¡¡ya te dije que yo no lo quiero ver¡¡¡debí abortar aunque me muriera¡¡
Alberto da un beso al bebé y lo vuelve a dejar en el cuarto. Cuando se acerca a Hilda, ésta le dice:
--¡¡ya te dije que yo no lo quería ver¡¡¡me convenciste para que no abortara porque era muy arriesgado para mi vida y yo no me puedo morir¡¡tengo cosas que hacer¡¡
--ya sé que a ti no te importa tu hijo que arriesgaste su vida al hacerte la ciruguia embarazada pero tu hijo es fuerte... yo sé que si lo querrás
--no creo... pero después de todo me irá bien... él me abrirá el camino... ese niño me irá bien para vengarme.
--¡¡No, no quiero que Albertito sufra¡¡olvida esa venganza... deja que yo reconozca a tu hijo¡¡¡cásate conmigo¡¡
Alberto trata de abrazarla pero ella lo rechaza:
--¡¡no, tú sabes que no puedo¡¡¡¡tengo que vengarme¡¡
--¡¡deja la justicia para la policia¡¡
--¡¡es que yo no tengo pruebas pero yo sé que fue él¡¡
--Nunca me contaste exactamente tus sospechas.
A Hilda no le gusta hablar de eso:
--ya no importa.
--¿lo quieres todavia? ¿estabas enamorada del padre de tu hijo?
--¡¡por favor... no quieras saber más de lo que ya sabes¡¡ --dice Hilda atormentada.
Alberto se va al cuarto, junto a su cama está el bebé. Lo mira con ternura.
--¿porque tu mamá no me puede querer?¿porqué?
Al rato entra Hilda. Se desnuda totalmente ante él. Alberto traga saliva.
--¿que es esto?
--para que veas que sí estoy curada y para pagarte lo que has hecho por mi.
--no me tienes que pagar nada...
Hilda se le acerca y lo acaricia y lo empieza a desnudar:
--mañana me vengaré del que me hizo esto pero hoy quiero ser tuya... no me digas que no... necesito ser tuya.
Hilda odia demasiado para amarlo y Alberto no quiere caer pero lo hace. Hacen furiosamente el amor. Después él le quiere decir tantas cosas pero ella se viste en silencio y se va. Alberto se lleva las manos a la cabeza.
--¿¿porque no me controlé?¿porqué?
El guapísimo profesor está angustiado.
--ella nunca me quiere y nunca me amará...
Tiene miedo que ahora su relación cambie, que ella no vuelva a confiar en él.




Es ya de noche, Manuela sale de su cuarto. No puede dormir. Pasa por delante del cuarto de su marido. Desea llamar a su puerta pero no se atreve. En el momento que pasa de largo, se abre la puerta y aparece Carlos sin camiseta. Ella lo mira con deseo. Se estremece recordando la noche en la que lo amó. Con vergüenza se iba a ir pero él la agarra del brazo:
--¿¿querias algo?
--¡¡no, no¡¡ --dice nerviosa.
--¿¿y porque estas frente a la puerta de mi cuarto?¡¡¿me venias a buscar¡¡
Ella siente vergüenza, piensa que le va a reclamar porque hizo algo malo.
--¡¡no, no¡¡
Ella se va corriendo, pero a él le duele el rechazo de ella. Se pone delante de ella y no la deja pasar. Manuela se sofoca mucho, está muy alterada. Él la toma del brazo:
--¡¡no podemos seguir así... yo te quiero decir algo que lo llevo clavado muy dentro.¡
Él la mira con desesperación pero no puede decir nada porque ella rompe aguas. Los dos se asustan mucho.
--es mi culpa... yo no te quería lastimar.
--¡¡me duele¡¡
Carlos está muy nervioso. Jose y Vento son los únicos que se levantan. Vento llama a una ambulancia. Jose se aprovecha para abrazar bien a su amado cuñado:
--¡¡vas a ser papá... ya llegó la hora¡¡
Manuela grita mientras la meten en la ambulancia. Llama a su amado, quiere estar con él. Carlos entra en la ambulancia con ella. No se aparta de su lado y tomado de su mano entra con ella en el quirófano. Vento y Jose son los únicos que han ido a la clínica. Jose está muy emocionado ya que está deseando tener entre sus brazos al hijo de Carlos. Manuela y Carlos lloran de emoción cuando el doctor deja sobre el pecho de la parturienta una preciosa niña. Carlos besa a su pequeña y acaricia a su esposa:
--gracias... muchas gracias... Gracias por el regalo más maravilloso que me has dado...
Manuela lo mira llorosa, sus lágrimas la conmuevene pero más que nunca está convencida que él no la quiere que sólo le interesa la bebé.


Más tarde, Manuela está dandole el pecho a la pequeño. A su lado está el orgulloso marido. Acaricia ora una ora a la otra.
--tenemos que pensar en el nombre ¿que te parece Manuela? es un bonito nombre.
--¿¡como yo?¡ --pregunta ella sorprendida.
Él hace que sí con la cabeza, sonrie enamorado:
--¿no te gustaria?
--yo habia pensado que se llamara Ana Paula.
El rostro del guapo chico se llena de lágrimas:
--¿¿como mi mamá?
--¿no te gustaría? ya que nunca tus padres conoceran a su nieta... me parecería un lindo homenaje.
Él ya no puede callar más lo que está sintiendo y mientras la acaricia acerca sus labios para  besar a su esposa:
--no hagas eso... yo no quiero tu lastima. --dice ella aunque lo desea.
--¿porque no me puedes querer, porque te has podido enamorar de mi como yo de ti? --dice él mirándola desesperado.
--¿tu me amas? --le pregunta Manuela desconcertada.
--sí, y no sabes como me duele que tu me rechaces, que estés a mi lado para no ser madre soltera.
--eso no es cierto... yo me enamoré de ti la primera noche en la que me hiciste tuya, nuestra noche de boda... y creia que tú no me querias que estabas a mi lado por el niño.
Carlos la mira con emoción y  sorpresa:
--¡¡no puede ser¡¡

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